Tras su destitución como ministro de Medio Ambiente, Alan Lisperguer, no dejó rastro de su paradero para responder por la investigación en su contra en la que se indagan los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y falsedad en la declaración jurada.

La exautoridad no responde a llamadas e incluso apagó uno de sus teléfonos. Se buscó un contacto telefónico para conocer su postura ante la acusación en su contra; sin embargo, no hubo una respuesta. Mientras que su entorno tampoco responde.

Hasta la fecha no se sabe quién es el abogado que defiende al exministro y, de manera extraoficial, se conoce que fue buscado en su vivienda ubicada en la zona sur de la ciudad de La Paz, así como en otros sectores, por lo que no se descarta que se encuentre en otra región.

De momento no hay una orden de aprehensión o una citación, al menos así lo dejó entrever el fiscal Anticorrupción, Miguel Cardozo, quien refirió que las indagaciones siguen su curso y se están enfilando los requerimientos correspondientes para “tener más elementos de convicción”.

Entretanto, el director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) en La Paz, Gabriel Neme, manifestó que inmediatamente se tenga conocimiento sobre esta denuncia va a iniciar las acciones investigativas para el respectivo esclarecimiento.

Según la Fiscalía, los depósitos que recibió Lisperguer en sus cuentas de banco, hasta por Bs 350.000, no tienen concordancia con su condición económica, es decir, no guarda relación con el salario que percibía como autoridad, tema que también se asemeja con la situación de su asesor jurídico.