Miguel, un joven trabajador draguero del municipio de El Torno, protagoniza una de las historias más impactantes que dejó el devastador turbión del río Piraí. Fue arrastrado por la fuerza del agua durante cerca de 20 kilómetros, desde la zona del Urubó hasta La Bélgica, y logró sobrevivir tras pasar más de 24 horas luchando contra la corriente, los troncos y el lodo.
Llegó desnudo, con la pierna derecha fracturada y múltiples golpes, completamente exhausto, pero con vida. “Sentía que moría, pero siempre aparecía un árbol al que me subía”, contó el joven desde el centro médico donde permanece internado y estable.
El dramático episodio ocurrió cuando Miguel y su padre intentaban rescatar su maquinaria en medio de la crecida del río. La fuerza del agua los sorprendió y ambos se refugiaron sobre troncos, pero una ola violenta los separó. Desde entonces, su padre permanece desaparecido.
Miguel relató que, pese a la fractura, se mantuvo con vida aferrándose a ramas y árboles mientras era arrastrado por el caudal. Cuando la corriente disminuyó, logró arrastrarse hasta una zona elevada, donde pasó la noche a la intemperie, herido y sin ayuda.
Al día siguiente, llegó hasta los restos del puente de La Bélgica, donde pidió auxilio. Según su testimonio, varias personas pasaron sin detenerse, hasta que una pareja decidió ayudarlo y lo trasladó para recibir atención médica.
Hoy, Miguel está fuera de peligro, consciente y estable. Sin embargo, su mayor preocupación sigue siendo su padre.
“Solo pido que no dejen de buscarlo”, expresó.
El turbión registrado el sábado en Santa Cruz dejó al menos 20 personas fallecidas. En medio de la tragedia, la historia de Miguel se convierte en uno de los pocos relatos que hoy se cuentan como un verdadero milagro.
