Tras el fallecimiento del Papa Francisco, múltiples voces han recordado su cercanía con los pueblos de América Latina. En Bolivia, el exembajador ante el Vaticano, Julio César Caballero, destacó el profundo conocimiento y compromiso del pontífice con el país andino.
Caballero, quien también fue vocero de la visita papal en 2015, aseguró que Francisco tenía una conexión genuina con las problemáticas sociales bolivianas. “No solo entendía la situación del país, la vivía. Durante su tiempo como Arzobispo en Buenos Aires, mantuvo un estrecho vínculo con la comunidad boliviana migrante”, afirmó en una entrevista con Red Uno.
Durante su histórica visita a Bolivia en julio de 2015, el Papa Francisco visitó el penal de Palmasola en Santa Cruz, se reunió con sectores marginados y encabezó actos masivos en La Paz y El Alto. Caballero recuerda con especial emoción la misa multitudinaria en el Cristo Redentor: “Fue un momento conmovedor. Francisco no solo ofició una misa, sino que abrazó con palabras y gestos a los más vulnerables”.
El exembajador, que representó al país ante la Santa Sede entre 2016 y 2020, también recalcó el rol del Papa en temas sensibles como el conflicto marítimo entre Bolivia y Chile. “Fue claro al pedir que se construyan puentes y no muros. Dijo que pensaba en Bolivia y su enclaustramiento, abogando por el diálogo como única vía”, expresó.
El reclamo marítimo, que llevó a Bolivia a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, fue uno de los puntos donde la postura del pontífice generó eco. Aunque la sentencia no fue favorable para Bolivia, sus palabras abrieron un espacio para el entendimiento entre ambas naciones.
Desde 1978, Bolivia y Chile no mantienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores, limitándose al intercambio de cónsules generales. Caballero considera que la postura del Papa fue un llamado a mantener el diálogo como principio rector.
“Francisco tenía un profundo amor por Bolivia. Conocía a nuestros obispos, nuestras luchas y esperanzas. Su partida deja un vacío, pero también un legado de fe, justicia social y esperanza”, concluyó Caballero.
								
								