La crisis por la falta de gasolina y diésel continúa agravándose. En las principales ciudades del eje central —La Paz, Cochabamba y Santa Cruz—, las filas en los surtidores se extienden por varias cuadras, y muchos transportistas han optado por dormir dentro de sus vehículos para poder abastecerse.
Según reportes, solo el 50% del transporte público está operando debido a la escasez, lo que ha afectado gravemente la movilidad y las actividades económicas.
En Santa Cruz, los cívicos alertaron que el agro también está paralizado, ya que solo un 30% de los agricultores está sembrando por la falta de diésel. El Comité Pro Santa Cruz exigió al Gobierno una solución inmediata y los transportistas anunciaron un ampliado para definir medidas de presión.
El presidente Luis Arce volvió a responsabilizar a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) por la situación, asegurando que la no aprobación de créditos impidió el ingreso de dólares necesarios para importar combustible.
“Si no hay combustible, es porque no hay dólares, y no hay dólares porque no hay créditos. ¿Y quién aprueba los créditos? La Asamblea Legislativa”, dijo Arce durante un acto público.
Desde YPFB se reconoció que el abastecimiento se mantiene entre 70% y 80%, y que la normalización depende de la disponibilidad de divisas.







